viernes, 13 de marzo de 2009

Conversenova, juguetes para compartir!: ¿Sois histéric@s?

Qué maravilla la TV por cable y el zapping.

El otro día, ejerciendo de zappeador oficial de domingo, me topé con algo superinteresante. De lo mejor que he visto en mucho tiempo. Un mini documental de esos tan americanos de tipo "HOLA! Soy Troy McClure" y trataba sobre... LA HISTORIA DE LOS VIBRADORES!!!!! Pero no de los vibradores de móviles, no, si no de estos vibradores (hmmmm, que kit más mono). Y me quedé impactado. Tanto que os lo tengo que transmitir.

Resulta que, antes, allá por los griegos, de los que Cher guarde algún recuerdo, las mujeres andaban un poco... insatisfechas. Quizá porque los griegos, pues eso, se dedicaban a practicar el griego con su compatriotas más jóvenes, y no precisamente el idioma (no he dicho nada que fuera mentira). Y ellas se quedaban en ascuas, tanto que algunas acababan enfermas, como con un tipo de locura - o desesperadas por completo y salidas, según se mire -. Como por aquel entonces se le ponía nombre a todo, porque todo estaba por inventar, los listos de la época le pusieron a la enfermedad el nombre de Hysteria Femenina. Y que consistía, ni más ni menos, en que el útero se iba moviendo por el cuerpo, de ahí que sintieran calor y como cosquillas. Claro, evidente. Imaginaos la gente, con el qué dirán, a esas mujeres "Mira! esa mujer es una histérica!!". Pobres. Lo peor para las pobres griegas no era estar locas, sino es que no tenían remedio. ¡No se lo encontraron! Tanta filosofía...

Dejando los siglos pasar, las POBRES mujeres seguían enfermando de Hysteria...

Por la edad media, ya sin griegos de por medio, las enfermas eran... LAS MONJAS!. Y, atención, SI tenían remedio a su locura: unos sencillos masajes en el pubis las calmaban, alcanzando el paroxismo histérico. Si, eso. Un momento, ¿pero cómo lo descubrieron eso las monjas? Si alguien lo sabe por favor que me lo explique!

De todas formas, por desgracia para la población femenina, las que no eran monjas también eran unas histéricas, sólo para mujeres de dinero y esas cosas tan rancias. Había como un tipo de consulta médica que era, y transcribo así un poco libremente de lo que dijo la tele, "un pequeño masaje que las calmara. Las mujeres adquirían placer, les cambiaba la cara y el humor". ¿Y eso como lo sabe el interlocutor? Superfuerte. Y además, es que "los médicos no disfrutaban con al ardua tarea, porque les podía llevar horas que la paciente alcanzara el paroxismo histérico". Había comadronas que trataban a las desesperadas, pisándole el negocio a los médicos, como si fueran una peluquería de barrio cualquiera. También, para gente de dinero, había tratamientos a chorros de agua en sálvase la parte en los balnearios de lujo - y perversión -.

En fin. Pasaban los siglos y las pobres féminas seguían histéricas perdidas. Pero para su suerte, llegó la revolución industrial y todo ese rollo. Y todo se mecanizó y se le puso un motor. Los pobres médicos, hartos de dar juego a su muñeca, inventaron algo parecido a un masajeador. Si, pero no lo que todos tenemos en mente, sin forma de pitorro, algo más en plan manopla. Esto alcanczó gran popularidad. Tal fue el éxito de la máquina-manopla que había colas (lo que ellas necesitaban, pobres.... que vida tan llena de paradojas) para probar las máquinas que las curaba de la locura.

Pero es que a todo se le daba diagnóstico de histeria, viciosos los médicos y viciosas las enfermas. El diagnóstico de Hytsteria femenina era como hoy en día el de una gripe, y el remedio como el gelocatil. Para muestra, un botón. El diagnóstico era tan chungo, que consistía en un libro de tropecientas páginas, con tropecientas cosas malas para poder toquetearse. Hasta tal fue el punto de esta epidemia de vicio y perversión, que Europa y América competían con sus estadísticas de histéricas. Los americanos, como siempre, se enorgullecuieron cuando alcanzaron en histéricas a las europeas. Los médicos del mundo estaban que no daban a basto, con manoplas y sin ellas.

Aún así, era tal la avalancha de mujeres que tuvieron que inventar más cosas. Como una especie de asiento (abajo) que llegaron a instalarlos - y al loro porque viene EL dato (que es lo que me chocó de verdad) - hasta en los asientos de los dentistas! Pero qué show!! Ellas se sentaban y el asiento vibraba au pleasure. Esperemos que después de la intervención, si no vaya desastre de dentista. Me imagino la situación, qué gore.
- "¿Tiene hora para el dentista?"
- "Si"
- "Un empaste y un puente. Mientras tanto me podría poner el asiento a 120 revoluciones, por favor, que estoy loca perdida".
Y de los inventos, pasamos a la comercialización de los vibradores, como un producto pop más. Tan pop, que llegó a los hogares del mundo antes que el aspirador o la plancha, como objeto antistress de la vida moderna. Además participó en ferias internacionales, tuvo un puñado de modelos distintos y sus anuncios en revistas (centro abajo), con un pie de foto muy aclarativo: "muy útil y satisfactorio para el uso casero". La primera revista que anunció un vibrador es la hoy relamida Ladie's Home Journal, de marujas total, entre todos sus anuncios de jabones y perfumes, pues de vibradores también, ¿per qué no?.

De todas formas, con los médicos sin dar a basto y los dentistas a rebosar, POR FIN!! hicieron replantearse - no hace mucho, a principios del siglo pasado, tampoco os creáis - lo que en efecto, era la insatisfacción sexual de las descendientes de Eva. Aunque muchos lo sabían (!!!). Pero, el éxito del cine y la aparición de las primeras pelis eróticas con chicas con actitud jocosa con esos aparatos que usaban la mayoría de las mujeres, hicieron darse cuenta que era un juguete de placer. Las usuarias no eran esas gua**as que jugaban y el tabú se extendió como la pólvora, dejando a los vibradores como un juguete de vicio y perversión, sodomita y malo. Hasta hoy. Y a mediados de siglo, declararon la enfermedad de la histeria como algo infundado. Vaya hombre! Yo hubiera preferido que hubiera seguido así, el mundo iría mucho mejor.

Creo que a partir de ahora os pensaréis más de dos veces llamar a alguien "eres un histérico!"

Pero yo me pregunto... ¿Entonces ningún hombre sensible de esos que se besan con otros hombres, era un histérico? ¿Entonces cuando se han dado a la histeria? !Porque también existían! Había vibradores masculinos, cinturones y masajeadores, e "internos" para... descargar la próstata! Pero eso otra historia.

Para colmo, la historia de los consoladores, no es la misma. Y yo me re-pregunto...¿Y nadie pudo asociar ningún tratamiento? ¿Entonces de dónde viene este vicio sodomita? ¿De verdad que nadie se dio cuenta que era más fácil darle al molinillo? Si bastaba con ver que la mujer con 150 niños era más feliz que la solterona y rica! ¿Por qué no nos enseñan esta curiosa histérica historia?

Conclusión: antes el mundo era sodoma y gomorra, y todo se vino al carajo por el cine.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

k gran artículo.... a mi tener un consolador o tb llamado "perry" no m parece nada raro en los tiempos k corren. es curioso lo de la manopla xD.


aLEx

Danny dijo...

HAHAHAHA wenisimo!!!
no se que tendra que decir Cher de tu sutil comentario de la era de los filosofos... ejem XD
hay q ver, tal y como esta la sociedad de hoy dia, que pide bajas cuando no les sale de los webos ir a currar llamandolo "depresion postvacacional", si esto no se hubiese descubierto hace tanto tiempo hoy tendriamos miles de bajas diarias por hysteria... en fin, demos gracias al señor por este gran invento que tantos momentos divertidos como embarazosos nos han exo pasar...

Anónimo dijo...

Finales s. XX. Mujer entra en consulta de doctor.

- Doctor, doctor, no se que me pasa, llevo varias semanas padeciendo de temblores, tengo dolores intensos de cabeza y no tengo apetito. Ademas, estoy todo el dia de una mala ostia que no hay dios que me soporte! podria usted ayudarme?
- Por supuesto, señorita, usted lo que padece es un estres agudo. Mire, le voy a recetar prozac, tomese un comprimido cada 6 horas, a ser preferible antes de las comidas; un tranxilium antes de dormir y lexatin cuando usted lo vea necesario.

VS. manceba entra en la consulta del boticario, peincipios s.XX.
-Doctor, doctor, tengo cambios de humor, sudores frios, lumbalgias y estoy muy irritable. que me aconseja usted?
- Muy sencillo, señorita, usted lo que padece es insatisfaccion sexual severa. Eche cuatro polvos bien echados por ahi y vera que agustito se queda. Si no consigue a ningun galan que se preste a tal labor, comprese el manopleitor2000, con cuatro cabezales diferentes y ventosa en la base.

Ahora analiza... todo se vino abajo por culpa de las faramceuticas.

Converse dijo...

JAJAJAJAJAJJAA XD Monopleitor3000 es mejor! XDD

Anónimo dijo...

jajajajajjaaaaa... que post tan bueno y didáctico!. Flipo con la historia, yo pensaba que esto de los vibradores era súper moderno, qué fuerte!!. Bueno, miento, que en una exposición vi la escoba de una bruja bien talladita para su uso placentero, vamos, que estaba todo inventao!
XD

Lovelyfran dijo...

Pues sí, habrá que pensar dos veces antes de llamar a alguien "histérico", y qué coño... ¡que vivan los vibradores!

CutreBryny dijo...

Que vivan que vivan!!!!!!!!!

Me encanto tu blog... te interesaria un intercambio de enlaces...

Unknown dijo...

Bueno... que fuerte... quien te dijo que yo en aquella época estaba en Grecia? Siempre he sido la viajada de la pareja :P

Post genial, sister ;)

vibradores dijo...

Tengo que felicitarte por el extenso y claro post que te has trabajado sobre la historia de vibrador. Es un tema de actualidad sin duda, y muy placentero ;)